lunes, septiembre 29, 2008

The (horribly grotesque) attack of the vampyre

- Shit man, this is no blood!, tastes like shit!
>> Fucking shit!, what the fuck are y'on?
>> I'm fucking kill you man!, hear?, I'll fuck kill you bitch!

Sadness was never a good blood sweetener.


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jueves, septiembre 25, 2008

Las 13 muertes del inge*

Ha habido ocasiones en mi vida en que el dolor es tan grande que morirse no es suficiente, pero como cienciaficcioñero, uno puede hacer su lista de deseos:

13. Que Cthulhu despierte de su letargo de mil años, me destroze y devore mi alma. Quizá sufra un poco en el proceso, pero no me sentiría peor a como estoy hoy.

12. Morir mediante un ataque vampírico. Sería bastante gótico, pero podría tocarme un vampiro mala onda que en vez de matarme me convierta en inmortal.

11. Quedar destazado en el ataque de un hombre-lobo. Y si no quedo totalmente destrozado, me convertiría en hombre-lobo, aunque con mi suerte apenas llegaría a hombre-itzcuintli.

10. Que los zombis me coman el cerebro en una noche tenebrosa. Aunque a lo mejor no me muero, pero como zombi come-cerebros ya no me acordaría de mi dolor.

9. Que mi transportación en el espacio-tiempo esté mal calculada y me reintegre yo en un espacio ya ocupado por otro cuerpo. Aunque con mi suerte el otro cuerpo sería mierda de perro. ¡Guácatelas!

8. Digitalizarme para entrar al mundo de mi computadora y morir en algún juego de video. Soy bastante maleta, así que mi muerte está asegurada; tiene la ventaja de que mi muerte puede ocurrir en un gráfico 3D, lleno de luces, efectos, sonido y música.

7. Que un meteorito o asteriode en ruta de colisión con la Tierra me caiga encima. Sería yo vaporizado casi instantáneamente, ni siquiera tendría tiempo para que mi cuerpo sienta algún dolor, aunque tiene la desventaja de que morirían conmigo algunos otros millones de humanos.

6. Acercarme demasiado a un hoyo negro y que me triture a nivel cuántico. Quedaría yo destrozado más allá de cualquier recuperación, tiene la desventaja de que también queden triturados la nave o crucero en el que viajo y todos los que vayan conmigo.

5. Que un replicante Nexus-6 de clase A se enoje comigo y me mate a golpes. Hacerlos enojar es fácil: solamente hay que mentarles la madre. Podría ser alguien de nivel físco A como León Kowalski, pero sería más heróico luchar contra un replicante como Roy Batty, clase A mental y físicamente. Muerte segura.

4. Que me ataque un Alien, me destace y me consuma el ácido de su baba. Seguramente quedaría muerto más allá de toda reconstrucción, pero el alien podría capturarme, llevarme a su nido y usarme como incubadora y alimento para sus larvas; sería una muerte horrible, pero no peor a lo que siento en estos días.

3. Dejar de existir como humano e integrarme a las nebulosas intergalácticas; convertirme en el hijo de las estrellas. Aunque técnicamente no me moriría, podría filtrar mis recuerdos pasados de esta vida perra.

2. Desintegrarme a nivel molecular por el experimento fallido de un científico loco. La explosión sería fenomenal, y de mí no quedaría ni el recuerdo, aunque existe el riesgo de que me clone algún otro científico loco.

y por último mi sueño dorado (o mi peor pesadilla, depende de cómo lo vean):

1. Muerte mediante decapitación Sith. Sería una muerte heróica, incluiría un duelo de sábles láser, muchas maromas y cabriolas y musiquita de fondo inspirada en los compositores rusos del siglo XIX, y tiene la ventaja de que cuando pase a ser parte de la fuerza solamente quedarán mis buenos recuerdos y mis sentimientos generosos.

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* Título inspirado en "Las 13 muertes de Buba" del monero mexicano Pepe Quintero.

martes, septiembre 23, 2008

Otoño

Ayer, 22 de septiembre, entró la temporada de otoño en el hemisferio norte.
Es curioso que ayer también se haya iniciado una larga noche en mi corazón.

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domingo, septiembre 14, 2008

La nueva industria americana.

Durante muchos años los estadounidenses (autodenominados "americanos", nombre que ha pegado en todo el mundo sin considerar que "americano" es cualquiera que viva en América) han centrado todos sus esfuerzos en autodestruir su fuerza industrial, social e intelectual.

A principios de este siglo XXI ya estamos viendo resultados de este comportamiento: su ventaja tecnológica depende de toda la población migrante; todas su fábicas y fuerza industrial han sido sobrepasadas por otros países (solamente como ejemplo: Japón domina su mercado de electrónica de consumo). En fin, para no perderme entre tantos ejemplos, me voy a concentrar en algunos de los puntos que todavía dominan: la cinematografía y la música (vistos no tanto como arte, sino como industria).

El propio Hollywood liberó dos películas donde se ven a sí mismos de forma -bueno, así lo consideraron ellos- interesante "Get Shorty" (Barry Sonnenfeld, 1995) y "Be Cool" (F. Gary Gray, 1995, considerado la segunda parte de Get Shorty) dedicadas al negocio del cine y la música, respectivamente pero vistos desde una perspectiva gangsteril.

Cuando un negocio exitoso y que produce mucho dinero se deja en manos de mercaderes, especuladores y gangsters, se obtienen negocios enfocados al mercado y a los gustos de moda y se dejan de lado los aspectos artísticos y de trascendencia; y cuando encima se le quita el mando a la gente que realmente está interesada y que está capacitada, resulta un negocio condenado, que algún día ya no va a dar resultado y que va a ser sobrepasado en el futuro.

Pero todo esto es una reflexión a partir de un par de películas maletas y exageradas y, dado que yo no soy estadounidense, dudo que mi opinión pudiera tener algún valor.

Espero que haya gente a la que SÍ le interese antes de ser afectados.

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domingo, septiembre 07, 2008

Experimentos lunáticos

La experimentación siempre es buena. A veces los resultados de un experimento no resultan del todo agradables, pero también muchas veces son harto interesantes.
Tomar una película de hace más de un siglo y usarla para hacer experimentos de música electrónica da resultados bastante..., digamos, interesantes, sobre todo si se tiene en cuenta que "Le Voyage dans la Lune" de Georges Méliès fue la primera película de ciencia ficción:



y la parte 2:


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viernes, septiembre 05, 2008

Blanquita

Hoy es el último día de Blanquita en la empresa donde trabajo, y yo estoy muy triste.

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PostData: Por suerte no fue así, me alegré mucho.

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