domingo, marzo 08, 2009

Buda y la caja de chocolates

El monje budista regresaba a su templo cuando se encontró a una araña en el camino. Al principio parecía que la araña cargaba una ramita entre sus patas delanteras, pero al verlas con atención, el monje se dio cuenta que era una flauta así que miró con más atención a la araña. Estaba a punto de preguntarle porqué cargaba una flauta cuando la araña le dijo: "tengo un regalo para tí. Una caja de chocolates. Está detras de ese arbusto."
El monje le dio las gracias mientras buscaba en el arbusto. Efectivamente, había una cajita de madera con algunos chocolates. El monje tomó uno, pero al darse cuenta que tenía la forma de Buda, alzó las cejas con sorpresa. Reflexionó un poco, dejó el chocolate en su caja, volvió a colocar la caja entre el arbusto y siguió su camino.
- Inge y los Malditos, basado en un ensayo de Roberto Garza Iturbide, basado a su vez en vivencias y reflexiones de Yusuf Islam, conocido antiguamente bajo el nombre occidental de Cat Stevens.

No importa la fe o las creencias que tenga uno, podría ser cristiano, musulmán o tener fe en el judaísmo. Quizá uno tenga cierta creencia hacia alguna entidad suprema y abstracta, indefinible y más allá de nuestro entendimiento, basar nuestra fe y moral en una serie de reglas éticas y guías morales, en una filosofía de comportamiento y reflexión o simplemente tener fe en una matriz de ecuaciones que le den sustento a una teoría de campo unificado, basar nuestra fe en lo demostrable y razonable; al final siempre encuentra uno la disyuntiva: la imagen, la representación de nuestra fe y creencias en un chocolate, en un artículo comercial, hecho por humanos comunes y corrientes, uno puede comérselo, seguir la vida comercial y material, o uno lo puede dejar, y sentir que la vida espiritual sigue incólumne.

¿De verdad necesita uno comercializar su fe para sentir que es real, que vale la pena?, ¿considerar a los que no piensan como uno, que no tienen la fe de uno como enemigos, como seres sin alma, como ignorantes y ridículos? Si uno tiene fe en un ser supremo y absoluto (o si uno cree en una serie de reglas filosofía o disciplina), ¿no se supone que ese ser debe tener el poder suficiente para hacer creer a los demás en su fe "verdadera"? ¿Tener fe implica matar, amedrentar, amenazar a los que no creen lo que uno cree?

A veces la cuestión no es tener a Buda en una mano y una caja de chocolates en la otra (vida espiritual y vida material), a veces es Buda y la caja de chocolates.

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