martes, noviembre 24, 2009

La movida bancaria


Con esto de la crisis económica en México se ha incrementado mucho la cartera vencida, es decir, los créditos que ofreció el banco y que ya no se pueden cobrar, y las cuentas principales que ya no se pagan son las de tarjetas de crédito. Como eso afecta directamente a la gente, muchos noticieros han tocado este punto.

Lo que me llamó la atención fue una entrevista que le hizo la periodista Carmen Aristegui a Luis Pazos, actual director de la CONDUSEF (Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras), derechista, reaccionario, conservador, inepto y tontín.
A pregunta expresa de Aristegui, Pazos comentó que no sabía el porqué la gente dejaba de pagar sus créditos pero ofrecía algunos consejos y soluciones para personas en esa situación.

Quizá la poca imaginación y la poca inclinación a reflexionar de Luis Pazos le orillaron a eructar esas palabras pero el grueso de la población mexicana sabe muy bien porqué se deja de pagar una deuda: es un esfuerzo titánico y sisífico.

Desde hace ya muchos años, las tarjetas de crédito en México contemplan los conceptos de "pago mínimo", "pago para no generar intereses" y sobre todo lo de intereses, interés sobre interés y comisiones.
Lo de intereses, comisiones e interés sobre intereses se justifican mediante choros tecnificados y rolleros que ya quisiéramos los cienciaficcioñeros para justificar nuestras fantasías más alocadas, pero el quid de la cuestión reside en el pago mínimo.
Se supone que el pago mínimo es una prestación para el usuario porque permite hacer el pago de sólo una fracción de la deuda y no generar ni intereses moratorios (otro rollo mareador) ni generar historial de no pago. Todo parece bien hasta que uno ve cómo se forma el pago mínimo: es TODO lo que uno debe pagar de intereses más el 4 o 5 por ciento de la deuda.
Dado que todo lo que cobra el banco, intereses normales más comisiones, más intereses gubernamentales (IVA) sobre intereses y comisiones representa un 3 o 4 porciento de la deuda tenemos que:

pago mínimo = (4 o 5)% de la deuda + Intereses+Comisiones (3 o 4)% de la deuda ->
pago mínimo = (7 hasta 9)% deuda

Si obtenemos porcentajes de composición, lo que pagamos es:

pago mínimo = 57% pago a la deuda+ 43% pago de intereses.

Vamos ahora a un ejemplo, supongamos que alguien tiene una deuda de $100,000.00 y supongamos que su pago mínimo es del 7% de su deuda ($7,000.00). Siete mil pesos es una deuda casi impagable a un término de un mes para la gran mayoría de los mexicanos; pero vamos a suponer que el deudor es una persona decente y que quiere pagar sus deudas, así que supongamos que con mucho esfuerzo logra juntar el pago mínimo y pagarlo. Supongamos que con un GRAN esfuerzo, el deudor (o la deudora) logran pagar el mínimo durante seis meses.
Vamos a hacer cuentas:

Pago total efectuado durante estos 6 meses = $7,000.00 al mes X 6 meses = $42,000.00

pero hay que acordarnos que el pago mínimo cubre los intereses y solamente un poquito del capital (la deuda). Los porcentajes se aplican igualmente al pago mínimo mensual o al pago total de cualquier cantidad de meses (si las matemáticas no son muy amables con ustedes y no me creen, pueden hacer cuentas paso a paso) así que:

Pago total = 57% al capital + 43% a los intereses = $23,940.00 al capital + $18,060.00 a los intereses.

Desde el punto de vista del deudor (o deudora), con mucho esfuerzo ha pagado $42,000 y con una gran ilusión espera que su titánica labor haya reducido su deuda casi a la mitad, pero ¡decepción de decepciones!, con TODO lo que ha pagado (y nadie imaginamos lo que ha hecho y ha tenido que pasar para juntar el dinero) apenas ha reducido su deuda a menos de la cuarta parte.

Seguimos pague y pague, y la deuda no se acaba, una tarea digna de Sísifo.

Y sí, cuando uno se entera da mucho coraje y frustración. Es obvio que a partir de ese momento se deje de pagar una deuda impagable (no por enorme e inabarcable, sino por sisífica), la más probable línea de acción a seguir.

Como yo también estuve involucrado en el pago de una mega-deuda de ese tipo (sí, también me sentí enojado y frustrado cuando hice cuentas), así que me toca hacer una sugerencia simple de un ciudadano sencillo e insignificante: ¿podrían cambiar su esquema de interés de compuesto a simple? Acuérdense del dicho mexicano: "debo no niego, pago..., lo justo".

3123.93

jueves, noviembre 12, 2009

Literatura virtual

En el blog monorama de BEF, se publicó el punto de vista acerca de una poeta amiga de él; en ese post lanza algunas preguntas para iniciar una reflexión acerca de la publicación virtual comparada con la publicación real, a través de una editorial.

Dentro de su post, BEF no explica bien la terminología que usa; parecería que utiliza el término en línea para referirse a la publicación libre, sin algún tipo de supervisión ni restricciones.
Yo siempre he tenido la imagen de que los editores y editoriales sirven principalmente como supervisores y correctores, supongo que muchas veces llegan al extremo de ser coercitivas y hasta mutilantes siendo trivial si publican físicamente en papel o virtualmente (hubo revistas que se publicaban en diskette o en archivos ejecutables que uno podía bajar) o en línea, a través de internet.
La publicación libre, en contraste, es aquella en la que uno publica lo que se la da la gana, como quiera y cuando quiera. Igual que las publicaciones a través de editoriales, uno puede publicar en libros o revistas físicos (de papel, material de árbol muerto), virtualmente o en línea usando internet (en este caso es obvio que la publicación en línea es casi la única posibilidad, la publicación en medios físico también requiere medios económicos).

La publicación a través de editoriales tiene la gran ventaja de que los textos entregados son revisados para su revisión ortográfica, gramatical y hasta semántica, se puede uno topar con un editor listillo que tenga a la mano un buen consejo de escritura, sugerir temas o cambios que favorecen mucho al texto. Tiene la gran y horrible desventaja de que son entidades comerciales. Debido a esto pueden pasarse por el arco del triunfo la integridad de un texto y alterarlo para que sea "más vendible". O pueden situarse exactamente al otro extremo: proteger tanto su prestigio que rechacen casi todo excepto lo que ya ha demostrado su calidad y prestigio; desde su punto de vista, por supuesto.

La publicación libre tien la gran ventaja de poder experimentar literariamente, escribir uno lo que quiera y como quiera sin tenerse que apegar a criterios comerciales, "segmentos de mercado", censura o autocensura; es obvia la gran desventaja de falta de revisión y corrección ortográfica o gramatical. Muchas veces escribe uno con una semántica y/o redacción pobre y alrevesada que dificulta (inútilmente) la lectura. A cambio de estos escollos, la publicación libre le da a uno la libertad (valga la redundancia) de experimentar con el propio texto: en uno de mis cuentos, utilicé la palabra "redvista" para referirme a las revistas en línea, en red, como una traducción derecta de "netzine". Sin embargo, "redvista" nunca hubiera pasado indemne por algún corrector ortográfico, la palabra parecería "revista" pero con un error de dedo, una letra de más.
Hace muchos años ya, se me ocurrió el "lenguaje maldito" (inspirado por algunos errores ortográficos que he visto que se repiten mucho y la evolución de los lenguajes). Es simple español pero con ortografía modificada, alterada hasta hacerlo casi irreconocible, casi otro lenguaje (es muy curioso para mí que actualmente este tipo de escritura esté de moda entre lo jóvenes, desarrollado a partir de las abreviaciones usadas en los mensajes de texto por celular y por chat, como que sí sirve esto de ser cienciaficcioñero), por ejemplo, mi nombre en la red "Inge y los Malditos" podría comenzar a alterarse como "Ynje i loS MaldytoZ", agregando algunas Hs, letras dobles, guiones, apóstrofes, queda: "Yn'jeh i l'oSs nM-ha-lddythwosZ". Huelga decir que esto jamás podría pasar una corrección ortográfica o gramatical.

Personalmente nunca he publicado a través de una editora, pero llevo un poco más de 15 años publicando en la red (sí, aún antes de facebook, los blogs, WWW o las listas de correo había BBS y transferencias FTP) en forma libre y sí, tengo la libertad de publicar lo que quiera, donde quiera y con la frecuencia que quiera (o pueda). Una de las grandes ventajas y desventajas de la publicación libre es que no está apoyada en dinero. Como lo mencionaba, la falta de restricciones económicas da una gran libertad creativa. Pero en el mundo físico, en el mundo real, uno necesita dinero para comer, para vestir, para poder seguir vivo (es moral o inmoral, está bien o mal, eso depende del criterio de cada quién), y dedicarse a la chamba no deja mucho tiempo para escribir.
Otro punto muy importante es la venta de textos. Siempre he considerado inconveniente (o por lo menos incómodo) el hecho de que uno tenga que comprar un libro sin saber realmente si es de un estilo que a uno le guste, o por lo menos si a uno le resulta interesante. Esto no sucede con los textos libres. Uno los empieza a leer y si a uno le gusta o le interesa, sigue leyendo (es muy interesante señalar que muchas tiendas de libros ya están tomando nota, algunas regalan el prólogo, presentación o primer capítulo como PDF o archivo de texto).

En su post, BEF menciona lo digital como algo efímero; solamente qusiera comentar que he puesto casi todos mis cuentos en mi sitio a partir de 1998 y siguen ahí, a disposición de quien quiera leerlos. Y no, no creo que publicar a través de una editora o vender cualquier tipo de texto sea malo o que sea un delito el hecho de que las editoriales quiera ganar dinero a través de la publicación de la obra de un escritor; es simplemente diferente a publicar en forma libre,no es algo malo ni peor, mejor o más recomendable moralmente.

Cada idea tiene sus ventajas y desventajas, yo sólo puedo hablar de mis experiencias.

3114.56

viernes, noviembre 06, 2009

Cambios culturales en México II


El otro cambio se ha dado en Radio UNAM, pero éste ha sido un poco más positivo (o eso creo). Radio UNAM siempre ha sido un espacio abierto a todas las formas de expresión musical (y también ha apoyado a la palabra hablada: entrevistas, cápsulas de divulgación, narrativa, poesía, hasta chistes), pero generalmente seguían una programación bastante conservadora en cuanto a la música que programaban (autores clásicos y de prestigio). Desde hace un par de meses, su programación se ha vuelto un poco más experimental, atrevida, intensa. Aún presentan obras de autores de prestigio, pero son obras más abstractas, más experimentales.

Y esto es bueno, muy recomendable. Obviamente que este tipo de música abstracta, estas expresiones tan experimentales, tiene aún menos popularidad que las expresiones musicales clásicas (ya no sé si eso me hace sentir bien o mal, como parte de una minoría o parte de una elite), lo que me hizo reflexionar que esta clase de flexibilidad creativa jamás (JAMÁS) se podría dar en una estación comercial, lo cual a su vez me hizo reflexionar en lo que muchos dicen y sostienen: que las entidades culturales deben funcionar como entidades comerciales, autofinanciarse con las ganacias que obtengan de la difusión de obras de arte porque, después de todo, el arte que vale la pena debe ser aquel que muchos quieren ver u oir o tocar o experimentar, y si es popular, se deben generar muchas ganancias.

¿Deveras? Lo experimientos y abstracciones de radio UNAM son de una gran calidad, buenas y recomendables y sin embargo, no creo que haya mucha gente que aprecie esto (radio UNAM y su música está ahí, al alcance de todos, es libre y gratuita, no se les puede acusar de no poner estas expresiones al alcance de todos), no es muy popular que digamos, y eso no implica que no se le deba apoyar o se le deba dejar a su suerte.

3108.42

jueves, noviembre 05, 2009

Los cambios culturales en México I

En estos últimos mese han habido algunos cambios en el ambiente cultural en México y me gustaría resaltar dos que he notado:


En el canal 11 de México, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional y rebautizado de "Canal 11" a "Once TV México" -cosas de la globalización- ha estado reacomodando su programación para conformar "barras"; de esta forma, se puede hablar de la barra infantil, la barra juvenil, la barra informativa, la documental, etc. Algunos de estos cambios incomodaron a algunos conductores, televidentes y críticos (muchas veces el cambio de horario de un programa disfraza una forma de censura) y el director de Once TV dio marcha atrás y esos cambios se cancelaron.
Pero no se cancelaron todos los cambios: el programa "Diálogos en Confianza" donde se presentaba una mesa redonda con especialistas y público interesado en un tema específico, fue sustituido por una "barra" de programación llamada "Las mañanas en el once" donde hay media hora dedicada a una sección equivalente a "Diálogos en Confianza". De igual manera ha habido otros cambios y ajustes a la programación para adecuarla al concepto de "barras" de programación.
Este concepto parece muy bueno y lógico a primera vista, pero miremos más de cerca: las "barras" en horarios y días fijos están pensadas para que las puedan ver las personas que tienen tiempo libre en ese horario y ese día, así, una barra de programas televisivos matutina tiende a presentar programas de interés para la mujer, a mediodía se presentan el conjunto de programas para niñ@s ("barra" infantil), más tarde la barra juvenil (videos, música, opiniones de otros jóvenes, etc.) Y, ¿porqué presuponen que en la mañana los televidentes son todos mujeres? Y aunque sean mujeres, ¿no consideran que pueden tener gustos diferentes a lo que se les presenta en "Las mañanas en el once"?, al igual que su "barra" infantil o juvenil, ¿han pensado (los responsables de la programación) que los niños/jóvenes pudieran tener gustos diferentes? Cierto que pueden ver el resto de la programación para tener más variedad cultural, consideración que me lleva a la siguiente pregunta: ¿tratan de encajar ciertos rangos en sus "barras" en vez de apoyar la diversidad cultural?, ¿de verdad pensaran que ya estamos tan amaestrados, tan estandarizados, tan amoldados a ciertos gustos preestablecidos que encajamos en sus "barras" preestablecidas? ¿Alguna vez habrán oido de que los munado somos multifacéticos y multidimensionales? ¿Que algún melómano aficionado a la música clásica del s.XIX un día podría estar oyendo -muy a gusto- una buena ración de reggetón? ¿O que alguien que ha crecido oyendo baladas en español y a grupitos de "rock" televisivo prefabricado un día podría aficionarse al jazz del "Duque" Ellington si se le diera la oportunidad? ¿Porque a todos nos quieren medir con la misma vara?
Esto de las "barras" televisivas en canal once no parece gran cosa. Bueno, modificaron algunos programas y horarios, ¿y qué? ¿No estoy sobrerreaccionando?

Siempre se empieza de a poquito, lento, casi sin sentirlo, con un cambio muy pequeño en la programación de nuestro canal cultural, y de repente, un día ¡un programa sobre astrología!; sí, d'sos que explican lo que son los horóscopos, los signos del zodiaco, las influencias estelares y demás charlatanerías. Esto ocurrió en el segmento "Diálogos" de la "barra" matutina "Las mañanas en el once". Hace 2 o 3 meses circuló aquí en México un rumor por demás ridículo y de falsedad notoria: la vidente Giovanna pronosticaba un terremoto de proporciones alarmantes y cataclísmicas; lo que más me llamó la atención del scam (el rumor circulo a través de email y chat) es que se suponía que la orácula Giovanna había hecho su predicción en una entrevista de canal once. Como el canal once es cultural, tiene un índice de audiencia muy bajo, y la gente que podría verse engañada por el scam muy probablemente no esté en el conjunto de televidentes del once, así que el scam iba a funcionar perfectamente. Por las dierentes razones de distribución de los scams, el mensaje un día llegó a mi buzón y pude decirles a todos los que me quisieran oir (que no fueron muchos, creo que a la mayoría les gusta vivir aterrorizados/amenazados/engañados) que la pitonisa Giovana nunca, NUNCA JAMÁS aparecería en el once.

Después del programa sobre astrología, un escalofrío recorrió mi espina cuando imaginé que un día tendría que agachar la cabeza admitiendo que la vidente Giovanna si pudiera hacer sus predicciones en el que otrora fuera mi canal cultural favorito.

3107.58