martes, mayo 28, 2013

Fracaso educativo

El desperdicio de la capacidad humana es el error más terrrible que puede haber.

Todos sabemos que los seres humanos tenamos muchas facetas y aptitudes diferentes. Algunos destacan más en ciertas facetas y tienen ciertas acotaciones en otras.

Todos tenemos determinadas aptitudes; pero eso no quiere decir que seamos totalmente ineptos en ciertos aspectos o que estemos descalificados para la vida.

Pero la forma en que se imparte la educación nos trata así: tradicionalmente se nos imparten ciertos conocimientos y luego se evalúa al alumno a ver si los asimiló, de otra forma "reprueba" o "suspende" ese periodo y debe repetirlo para asegurar que esta vez sí asimile los conocimientos que se le imparten.

Hasta donde he podido averiguar, este método de "reprobación" y repetición ha ido cayendo en desuso, por lo menos aquí en México.
Especulando un poco y atando cabos de información que he recibido por aquí y por allá, llegué a ciertas explicaciones o justificaciones de porqué este método ya no es tan favorecido:
Hay mucha presión tanto social como económica y -sobre todo- política- para presentar resultados educativos; bajo los métodos de reprobación, el parámetro que se usa para medir resultados es la proporción de alumnos reprobados: entre menos reprobado haya, entre menor sea el índice de reprobación, se supone que mejor es el aprovechamiento del alumnado. Según este enfoque, el país examinado con menor índice de reprobación muestra la cara amable de un mejor aprovechamiento escolar; esto ocurre a nivel de plantel, región, municipio, estado, departamento,..., etc.

Teniendo esta información, es obvio el truco que se usa para aparentar un mejor nivel educativo sin invertir el esfuerzo de mejorar la calidad educativa: se lanza la orden de reprobar a menos alumnos.

Si antes "reprobaban" aquellos que tenían menos del 60% de aprovechamiento, ahora "reprobaban" aquellos con menos del 55%, que llegó a 50%, a 40%, a 20%... Con esto se lograba dar la imagen de un gran avance escolar puesto que gran parte del alumnado estaba demostrando que aprovechaba el aprendizaje.
Actualmente, hasta donde sé, existe la orden de ya no reprobar a algún alumno, aunque creo que esto se debe a otra razón: "calificar" a un alumno con un porcentaje (o número, letra, símbolo o lo que sea) solamente indica qué tanto ha memorizado de lo que les enseñamos. ¿Y si les estamos enseñando falsedades, mitos o cosas honestamente equivocadas? ¿Y si lo que se enseña son las teorías científicas de moda, la moral y la ética imperante en el momento?
A fines del s.XIX se consideraban ciertas las teorías del mesmerismo y la frenología, ¿una "calificación" de 10 en frenología hubiera significado "excelencia" académica?, igual con las ideas y mitos "científicos" que han parasitado a la humanidad a lo largo de la historia. ¿Y si un alumno defendiera a capa y espada la idea de enfermedad mental para la homosexualidad en los años 1970s? ¿Estaría bien en ese tiempo y ahora ya no? Se podría aplicar lo mismo con los mitos y mitotes históricos de ahora y la popularización de "ondas" new age.

Y a fin de cuentas estos dos enfoques, disminuir el índice de reprobación para "incrementar" el aprovechamiento escolar y eliminar la reprobación porque es algo injusto, han desembocado en el mismo fenómeno: un fracaso educativo monumental.
Muchos alumnos egresan sin saber leer bien, sin habilidades metamáticas, con un conocimiento histórico tan defectuoso que se convierten en blanco fácil para mitos, creeencias y extremismos ideológicos y lo que pienso es lo peor: salen sin un sentido crítico ni un deseo de investigación, ni el anhelo de contrastar datos para buscar la verdad; salen con los "deseos" de superación y de "excelencia" que les dan los cursos de superación personal.

Como si lo peor no fuera suficiente, la situación amenaza con ponerse más deplorable: desde hace algunos años se tiene la intención de eliminar algunas materias o aspectos educativos que se consideran poco prácticas o demasiado abstractas para la aplicación al quehacer diario. El ejemplo más dramático es la filosofía: aparte de que enseña a pensar con lógica y anteponer el raciocinio a lo que nos gusta o a las corazonadas, nos entrena para desarrollar un sentido crítico y, lo más importante, nos proporciona herramientas para contrastar datos, propuestas y declaraciones.
Actualmente es alarmante la cantidad de egresados con un alto grado de analfabetismo funcional* y se tiene la triste perspectiva de que todo empeore.

Nota: el analfabetismo funcional se refiere a que, aunque la gente técnicamente sabe y puede leer y escribir, son incapaces de comprender y sintetizar el significado de una lectura y son incapaces de expresar correctamente sus ideas a través de la escritura.

¿Y si nuestros métodos educativos siguieran el mismo rumbo de las capacidades humanas? Esto es, educar enfocándose a la capacidad de cada individuo o de cada grupo con ciertas características.
Actualmente Finlandia es el país con el mejor nivel escolar, así que se debería analizar su modelo educativo para copiar o adaptar sus mejores prácticas aplicables a nuestra cultura; el punto que más me llamó la atención de este modelo es que durante los primeros tres años de educación básica se imparte un "tronco común", esto es los conocimientos y habilidades que TODOS deberíamos tener y manejar con soltura: aparte de leer y escribir, como mencioné antes, se deberían enseñar habilidades de comprensión de la lectura y desarrollo de escritos sencillos, donde puedan expresar experiencias sencillas (por ejemplo, descripción de su familia o la rutina que sigue para llegar a la escuela o colegio), sumar, restar, etc.
Después se pueden empezar a hacer pruebas no de conocimiento con riesgo de reprobar, sino de habilidades tanto física como cognitivas para clasificarlos, ponerlos en centros educativos más enfocados a sus habilidades.
Creo que todos sabemos que algunos niñ@s se muestran más hábiles en trabajos manuales, otros en actividades físicas y otros muestran especial brillantez en aspectos abstractos y teóricos.

Obviamente cabría preguntarse la periodicidad conque deberían hacerse estas pruebas y cómo deberían hacerse, de forma que no parezcan "si no la pasas te vamos a mandar a la escuela B para que te hagan correr" o algo así; hay que analizar bien los temarios de los diferentes aspectos educativos para lograr -hasta donde se pueda- lograr una igualdad educativa. Por ejemplo, en una escuela y grupo educativo se podría poner énfasis en los aspectos prácticos de la sociedad y la convivencia, relajando un poco el aspecto teórico y abstracto de las matemáticas, pero sin olvidar su importancia en todos los aspectos de la vida.

¿Serviría esta propuesta? Por lo menos es algo que se podría intentar para actualizar el obsoleto modelo educativo que venimos arrastrando desde hace más de un siglo.
O por lo menos escribo esto como una forma de expresar mi ideas en medio de un océano de gente que amenaza con destruirse a sí misma mientras nosotros, impávidos y estúpidos, seguimos teniendo hijos y aumentando la presión demográfica mientras les heredamos el infierno a las generaciones venideras...

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